MI PRIMER DÍA DE TRABAJO

El primer día de trabajo siempre me resulta especial: te encuentras con los compañeros, conoces a otros nuevos, echas de menos a los que se han marchado. Hay cambios: nuevos alumnos, clases, proyectos, normas...Trabajamos contrareloj. Son muchas las cosas y poco el tiempo para la puesta a punto.

Es cierto que el comienzo de curso supone un gran esfuerzo, no sólo para los niños y padres, también lo es para nosotros, los maestros. Hemos de acostumbrarnos de nuevo a rutinas, horarios, reuniones, compañeros, niños..., olvidados en las vacaciones estivales que, exentas de obligaciones y prisas, nos invitaban al descanso.

Poco a poco iremos recuperando el control entrando en la dinámica escolar del día a día.

Desde aquí aprovecho para desear un buen comienzo a mi amiga y compañera de fatigas MªJosé, que ha sido mi paralela durante 83 largos años. ¡Buena suerte! (te espero al año que viene, ya un año más vieja).

También quiero dar la bienvenida a mis nuevas compañeras de infantil: Angela, Tomasa. Alejandra y en especial a Raquel, mi nueva paralela.

Mis mejores deseos para el grupo tan majo que tuve el curso pasado y que este año pasan a la universidad. ¡Se han hecho mayores!

Esté curso tendré a mi cargo un grupo de niños/-as de 4 años.

En fin, nos embarcamos en una NUEVA AVENTURA, que como tal conlleva un sinfín de sentimientos e incognitas. Hemos de estar preparados. En nuestra mochila de viaje no debe faltar: paciencia, alegría , generosidad, amabilidad, confianza, tolerancia, respeto, mucho, mucho amor y un bocadillo de chopped.