Un personaje muy típico en la India es el ENCANTADOR DE SERPIENTES. Los podemos encontrar en calles de pueblos y ciudades, sentados en el suelo junto al cesto que contiene la cobra que asoma al son de las notas de la flauta.
Hemos visto un video que nos ha dejado alucinados. ¿Cómo es posible que la cobra no ataque al encantador?, ¿acaso la música del BEEN (flauta) hipnotiza verdaderamente a la cobra? Dialogamos sobre estas cuestiones y llegamos a la conclusión de que definitivamente no nos gustaría ser encantadores.
Hemos escuchado con atención el siguiente CUENTO:
Raj era un encantador de serpientes que vivía feliz junto a su esposa Akba a las afueras de un pueblo en la India. Cada mañana, Raj cogía su esterilla, la flauta y la vasija que contenia a la cobra y se marchaba al pueblo a tocar. Todo el mundo quedaba maravillado de cómo podía trabajar con un animal tan peligroso y le echaban monedas. Un día decidió marchar a la gran ciudad y así ganar más dinero. Se levantó al amanecer y se puso en camino . Cuando llegó, se puso en una esquina y pronto la gente se fue agolpando entorno a él. Ese día ganó un buen salario. Al atardecer se encaminó hacia su casa sin darse cuenta que un par de ladrones le perseguían. Su esposa se puso muy contenta cuando llegó Raj y guardó las monedas en una vasija, sin darse cuenta que los ladrones la vigilaban. Antes de irse a dormir, Akba decidió esconder la vasija de las monedas en el desván junto con la vasija de la cobra. Los ladrones entraron al desván y cogieron la vasija. Cuando estuvieron lejos de la casa la abrieron y cual no fue su sorpresa al ver que salía la cobra. Muertos de miedo corriendo despavoridos. A la mañana siguiente Raj subió al desván para coger la serpiente y vio que faltaba una vasija. Creyó que era la del oro. Levantó la tapa y se dio cuenta que los ladrones habían robado la vasija equivocada. Raj salió fuera de la casa, se puso a tocar la flauta y al poco la cobra se acercó zigzagueando. Raj la metió de nuevo en su vasija para ir a trabajar. Colorín, colorado este cuento se ha acabado.
Nos hemos convertido por un instante en encantadores. Por equipos coloreamos y pegamos gomets en dos grandes cobras. Al recortarlas se han hecho muy, muy largas.